30 de septiembre de 2009

Entrevista a un Tuareg - Moussa Ag Assarid


 

No sé mi edad: nací en el desierto del Sahara, sin papeles...!
Nací en un campamento nómada tuareg entre Tombuctú y Gao, al norte de Mali. He sido pastor de los camellos, cabras, corderos y vacas de mi padre. Hoy estudio Gestión en la Universidad Montpellier. Estoy soltero. Defiendo a los pastores tuareg. Soy musulmán, sin fanatismo.

- ¡Qué turbante tan hermoso...!

- Es una fina tela de algodón: permite tapar la cara en el desierto cuando se levanta arena, y a la vez seguir viendo y respirando a su través.

- Es de un azul bellísimo...

- A los tuareg nos llamaban los hombres azules por esto: la tela destiñe algo y nuestra piel toma tintes azulados...

- ¿Cómo elaboran ese intenso azul añil?

- Con una planta llamada índigo, mezclada con otros pigmentos naturales. El azul, para los tuareg, es el color del mundo.


- ¿Por qué?

- Es el color dominante: el del cielo, el techo de nuestra casa.

- ¿Quiénes son los tuareg?

- Tuareg significa "abandonados", porque somos un viejo pueblo nómada del desierto, solitario, orgulloso: "Señores del Desierto", nos llaman. Nuestra etnia es la amazigh (bereber), y nuestro alfabeto, el tifinagh.

- ¿Cuántos son?

- Unos tres millones, y la mayoría todavía nómadas. Pero la población decrece... "¡Hace falta que un pueblo desaparezca para que sepamos que existía!", denunciaba una vez un sabio: yo lucho por preservar este pueblo.

- ¿A qué se dedican?

- Pastoreamos rebaños de camellos, cabras, corderos, vacas y asnos en un reino de infinito y de silencio...

- ¿De verdad tan silencioso es el desierto?

- Si estás a solas en aquel silencio, oyes el latido de tu propio corazón. No hay mejor lugar para hallarse a uno mismo.

- ¿Qué recuerdos de su niñez en el desierto conserva con mayor nitidez?

- Me despierto con el sol. Ahí están las cabras de mi padre. Ellas nos dan leche y carne, nosotros las llevamos a donde hay agua y hierba...
Así hizo mi bisabuelo, y mi abuelo, y mi padre... Y yo. ¡No había otra cosa en el mundo más que eso, y yo era muy feliz en él!

- ¿Sí? No parece muy estimulante. ..

- Mucho. A los siete años ya te dejan alejarte del campamento, para lo que te enseñan las cosas importantes: a olisquear el aire, escuchar, aguzar la vista, orientarte por el sol y las estrellas... Y a dejarte llevar por el camello, si te pierdes: te llevará a donde hay agua.

- Saber eso es valioso, sin duda...

- Allí todo es simple y profundo. Hay muy pocas cosas, ¡y cada una tiene enorme valor!

- Entonces este mundo y aquél son muy diferentes, ¿no?

- Allí, cada pequeña cosa proporciona felicidad. Cada roce es valioso.
¡Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de tocarnos, de estar juntos! Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!

- ¿Qué es lo que más le chocó en su primer viaje a Europa?

- Vi correr a la gente por el aeropuerto.. . ¡En el desierto sólo se corre si viene una tormenta de arena! Me asusté, claro...

- Sólo iban a buscar las maletas, ja, ja...

- Sí, era eso. También vi carteles de chicas desnudas: ¿por qué esa falta de respeto hacia la mujer?, me pregunté.... Después, en el hotel Ibis, vi el primer grifo de mi vida: vi correr el agua... y sentí ganas de llorar.

- Qué abundancia, qué derroche, ¿no?

- ¡Todos los días de mi vida habían consistido en buscar agua! Cuando veo las fuentes de adorno aquí y allá, aún sigo sintiendo dentro un dolor tan inmenso...

- ¿Tanto como eso?

- Sí. A principios de los 90 hubo una gran sequía, murieron los animales, caímos enfermos... Yo tendría unos doce años, y mi madre murió... ¡Ella lo era todo para mí! Me contaba historias y me enseñó a contarlas bien. Me enseñó a ser yo mismo.

- ¿Qué pasó con su familia?

- Convencí a mi padre de que me dejase ir a la escuela. Casi cada día yo caminaba quince kilómetros. Hasta que el maestro me dejó una cama para dormir, y una señora me daba de comer al pasar ante su casa...
Entendí: mi madre estaba ayudándome...

- ¿De dónde salió esa pasión por la escuela?

- De que un par de años antes había pasado por el campamento el rally París-Dakar, y a una periodista se le cayó un libro de la mochila. Lo recogí y se lo di. Me lo regaló y me habló de aquel libro: El Principito. Y yo me prometí que un día sería capaz de leerlo...

- Y lo logró.

- Sí. Y así fue como logré una beca para estudiar en Francia.

- ¡Un tuareg en la universidad.. ..!

- Ah, lo que más añoro aquí es la leche de camella... Y el fuego de leña. Y caminar descalzo sobre la arena cálida. Y las estrellas: allí las miramos cada noche, y cada estrella es distinta de otra, como es distinta cada cabra... Aquí, por la noche, miráis la tele.

- Sí... ¿Qué es lo que peor le parece de aquí?

- Tenéis de todo, pero no os basta. Os quejáis. ¡En Francia se pasan la vida quejándose! Os encadenáis de por vida a un banco, y hay ansia de poseer, frenesí, prisa... En el desierto no hay atascos, ¿y sabe por qué? ¡Porque allí nadie quiere adelantar a nadie!

- Reláteme un momento de felicidad intensa en su lejano desierto.

- Es cada día, dos horas antes de la puesta del sol: baja el calor, y el frío no ha llegado, y hombres y animales regresan lentamente al campamento y sus perfiles se recortan en un cielo rosa, azul, rojo, amarillo, verde...

- Fascinante, desde luego...

- Es un momento mágico... Entramos todos en la tienda y hervimos té. Sentados, en silencio, escuchamos el hervor.... La calma nos invade a todos: los latidos del corazón se acompasan al pot-pot del hervor...

- Qué paz...

- Aquí tenéis reloj, allí tenemos tiempo....

20 comentarios:

  1. Hola Grandolina. Quizás no haya visto una "entrevista" mejor en mucho tiempo. "Allí nadie sueña con llegar a ser, ¡porque cada uno ya es!" y otras respuestas del tuareg nos dan la clave de que la felicidad está en las pequeñas cosas, en el interior, y nosotros siempre queremos más y más.Bravo. Un beso

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  2. Hola Felix!

    Totalmente de acuerdo contigo. Nosotros nos hemos creado demasiadas necesidades y pienso que ya nos será muy difícil sentir esas sensaciones que cuenta el tuareg. Es más pienso que no sabemos detenernos en ellas.
    Muchas gracias por tu comentario.

    Un beso.

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  3. Anónimo10/01/2009

    Hola Grandolina!! Muy interesabte el post. Una vida tan doferente... "Aquí tenéís reloj, allí tenemos tiempo", una frase que describe esa diferencia de vida.
    Besossss

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  4. Hola Grandolina. Me encanta la entrevista. Yo soy periodista, y la idea de que un libro llegado por culpa del Dakar pueda abrir las inquietudes de una persona me fascina.

    Un beso.

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  5. Hola Gabi!
    Sin dudarlo, una vida muy diferente, nosotros hemos olvidado detenernos para comtemplar las pequeñas cosas.En nuestra vida de prisas muchas veces la convertimos en un caos donde ahogamos lo esencial de la vida.
    Gracias por tu comentario.

    Un beso

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  6. Hola Akua!

    Un placer leerte. La entrevista es una delicia tanto por parte del periodista como del tuareg. Fantástico lo de este chico verdad? Qué un periodista pierda un libro y despierte en un tuareg el deseo de poder leerlo.

    Un beso

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  7. solo te puedo decir que es hermosa esta historia y este blog es para seguirlo , no me equivoque , y gracias por seguir mi blog . esto es gratificante. hasta pronto

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  8. Hola Miguel!

    Bienvenido y muchas gracias por tus palabras, siempre son un estímulo para continuar.

    Un beso

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  9. Bello post. Yo lo he subido a blog hace algún tiempo. Lei la entrevista en la revista Muy interesante y me quede impresionada por la hondura de pensamiento. Bellísimo texto pero no hay que perder de vista que el estudio con una beca en Europa y tiene otro punto de vista para contrastar.
    Lo he vuelto a reller y tiene algunos puntos mágicos como la respueta final. Aunque si yo pudiera elegir no podría "o" En realidad me gustaría tener el reloj y el tiempo.
    Un beso

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  10. Es increíble la historia de vida de los Toareg, yo he leído un libro sobre ello y me despertó un interés muy grande sobre ellos.
    Agradezco publicaras esta entrevista.
    Besos

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  11. gracias por seguir mi blog , espero que seamos buenos amigos , hasta pronto.

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  12. Kathy, Yoly, sí, es una preciosa entrevista llena de luz, transparencia, profundidad y magia.

    Besos para las dos y tambien para Cari.

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  13. Francisco O. Campillo, un honor leerte en mi blog.
    Hace tiempo que sigo el tuyo, sin duda que tienes mi admiración por la labor que estás haciendo en favor del pueblo saharaui.

    Un beso

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  14. El SER, ahí está la clave al pareCER. Y tanto que conjugamos TENER, DESEAR, TRABAJAR,COMPRAR...

    Tu blog es muy bello, transmite sensaciones placenteras y dan ganas de volver. gracias por seguir La Cala.

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  15. Hola mi linda Grandolina tu blog esta cada dia mas bello e interesante, yo por cuestiones familiares ando algo perdida entre mis amigos pero me hice un espacio para dejarte todo mi amor..

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  16. Hola Grandolina, sin duda una entrevista excelente, el día de hoy Dios me ha dado un gran regalo y ha sido el poder leer estas palabras uqe me han de verificar que la felicidad pura está dentro de nosotros mismos y que sin duda hay mas tiempo que vida; que la dicha no está en lo material si no en lo espiritual, que sin importar cuales sean nuestras raíces debemos estar orgullosos y sacar klo mejor de ellas, que en la vida nunca dejamos de aprender y lo mas hermoso e invaloable la "inocencia"

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  17. Anónimo7/06/2011

    hola muy interesante tu blog

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  18. Gran entrevista, me ha gustado mucho. Espero nos traigas mas. Saludos.

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    1. Es una delicia la entrevista. Esconde la sabiduría del tuareg y la sensibilidad del periodista. Si encuentro algo similar, prometo traerlo. Un saludo, Juan. :)

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