Machu Pichu

 

 

De la leyenda....

Cierto día, en una isla del lago Titicaca, a más de tres mil metros de altitud, el Sol dejó a sus dos hijos, varón y hembra, y les pidió que adoctrinasen y enseñasen a las gentes bárbaras que habitaban en la tierra. Asimismo les dio un bastón de oro para que pudieran identificar la región en la que debían asentarse difinitivamente, manifestación que se produciría cuando, tras golpear el suelo con él, desapareciera el bastón.

Los dos príncipes iniciaron su peregrinación en busca de la tierra prometida, y despues de algunos intentos infructuosos, llegó un día en que, al fin el bastón desapareció de sus manos al primer golpe dado en la colina de Huanacari, en el valle del Cuzco.

Identificado el lugar, los principes se dedicaron, a partir de entonces, y siguiendo el mandato del padre Sol, a enseñar a a los bárbaros el cultivo de la tierra, la cria de animales, la construcción de casas y ciudades y a tejer y a hilar.

Según las leyendas incas, esos hijos del Sol serian Manco Cápac y su hermana y a la vez esposa, Mama Ocllo, con los cuales se inician las dinastias del imperio. 

Del arte

Machu Pichu, redescubierta por Bingham en 1911, domina desde lo alto de un abrupto espolón, cubierto con una densa vegetación, el profundo valle del Urubamba, que corre unos centenares de metros más abajo. Machu Pichu es un ejemplo relevante de la adaptabilidad de la arquitectura incaica a las más incómodas condiciones ambientales, poniendo de manifiesto la simbiosis entre la obra del hombre y el lugar natural.

En Machu Pichu, pequeña ciudad totalmente rodeada por esmeradas obras de nivelación del suelo, las mismas construcciones están dispuestas en rellanos superpuestos y parelelos, por toda la ladera. Varios grupos de edificios sacros se encuentran en toda la faja más alta, donde la cresta es casi llana, un ancho descampado ceremonial, de perímetro y altura irregular, se ha conseguido en una depresión natural en la parte más alta alejada del espolón, cerca de un intihuatana perfectamente conservado, tallado en la roca. Todas las construcciones son de granito  claro, empleado según diversas técnicas de la albañilería incaica: desde la más basta empleada para las terrazas, a la más elaboradas, con elementos isódomos, cuidadosamente pulidos y asentados con sumo cuidado, de los principales edificios públicos. Entre éstos figura el llamado "observatorio", de planta rectangular y curvilínea, con paredes fuertemente inclinadas.

El corte de los edificios  y de los espacios de Machu Pichu, responde a uno de los principales caracteres de los monumenos del período incaico, la continuidad intencional entre naturaleza y obra del hombre. La misma roca viva es considerada como material de construcción y los grandes bloques se colocan directamente como si fuesen su continuación lógica.

También la serie de baños de piedra, construidos a diversos niveles de la ladera y unidos entre si por canalizaciones de igualmente de piedra, parece reproducir, con gran alarde de pericia técnica, más que una obra claramente construida por la mano del hombre, la regularización en formas cristalinas de un elemento natural: el río que desciende al valle con sucesivas cascadas y pequeños lagos. El "baño sagrado", problamente está relacionado con el riego de las tierras cultivadas y tiene al mismo tiempo función agrícola y ritual (ensalzar al Inca también como dueño de las aguas).