5 de abril de 2010

Martín Ramírez - Marcos de Reclusión


En el plazo de cincuenta años, los dibujos de Martín Ramírez (Jalisco, 1895-Sacramento, 1963) han pasado de colgar en las paredes de una estancia del DeWitt State Hospital, una institución psiquiátrica de California -donde recluían a locos y tuberculosos-, a hacerlo de los muros del Museo Reina Sofía. Entre estas dos fechas, apenas nada. Tan sólo el reconocimiento o la curiosidad de algunos artistas, y el empeño del Dr. Tamo Pasto, profesor de psicología y arte, que visitaba de manera asidua a Ramírez y que vio en su obra algo más que la expresión visual de alguien a quien habían dado por loco (teoría que hoy se tambalea).
Pasto fue el responsable de salvar parte de su obra, casi medio millar de dibujos, de las llamas del fuego (el pegamento que utilizaba Ramírez en algunas de ellas contenía saliva y las enfermeras pensaban que podían ser causa de contagio), y de intentar darla a conocer tras la muerte de este artista autodidacta.
Sofisticación formal
Ramírez, emigrante, víctima del crack del 29, vagabundeó por las calles hasta ser encerrado, a los 37 años, en una institución mental. Entonces, decidió recluirse también en su propio mundo, el arte, un arte «de una gran sofisticación formal», del que Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, destaca «su manera de reflejar, a través de sus dibujos, el juego entre el afuera y el adentro».
Ese interés por mostrar otros enfoques de la historia del Arte -«para que exista un centro tiene que haber una periferia»-, es lo que ha llevado al Reina Sofía a dedicarle esta retrospectiva -la primera en Europa- a Ramírez. Bajo el nombre «Marcos de reclusión», la muestra, comisariada por Brooke Davis Anderson, que ya coordinó otra exhibición de este artista en 2007 en el Folk Art Museum de Nueva York, aclamada por la crítica, reúne ahora un total de 62 dibujos procedentes de coleccionistas privados y públicos.
Todas sus obras encierran las referencias vitales del artista. Desde su México natal, con sus dibujos de vírgenes y de iglesias; a California, donde emigró en los años 20 para trabajar en el ferrocarril. De ahí brotaron sus jinetes, túneles y trenes. Ilustraciones que aparecen encerradas por líneas y curvas repetidas hasta la obsesión, creando un clima inquietante, claustrofóbico, símbolo quizá de su propia incomunicación (muchos médicos creyeron que era sordomudo, aunque realmente no sabía inglés).
De técnica inicialmente muy primitiva, «Ramírez utilizaba cualquier papel que tuviera a mano, a veces lo fabricaba él mismo o lo sacaba de la basura, y robaba los lápices a los celadores», explica Anderson, con el tiempo, logró que aquellos que le visitaban le facilitaran mejores materiales. «Con ayuda o no de su entorno, Ramírez logró crear un vocabulario visual diferente».
La muestra que se puede ver ahora en el Reina Sofía abarca los últimos quince años del artista, «las obras no están ordenadas de manera cronológica, pues no están fechadas, aunque sí las hemos reunido por temas», matiza.
Arte marginal
El artista mexicano nunca dejo testimonio escrito alguno sobre el significado de su obra. Lynne Cooke, subdirectora del Reina Sofía, afirma que «tampoco esto es lo que más nos interesa sino el discurso que crea a su alrededor». Y recuerda que los artistas outsiders han sido centro de atención en numerosas ocasiones. «Max Ernst y Klee fueron los primeros en volver la vista hacia los artistas marginales». Para Cooke la interrogante es otra: el papel que deben jugar los museos en la actualidad respecto a otras formas de arte. «¿Debemos adelgazar las fronteras o reafirmarlas?» En este caso, el Reina Sofía lo tiene claro.
Martín Ramírez falleció en Sacramento el 17 de febrero de 1963. Fue enterrado solo, pues su familia no podía asumir los gastos del traslado a México. Ayer, en su entrada en el museo, estuvo acompañado por su nieta, varias bisnietas y una tataranieta.
Martín Ramírez nace en 1895 en los Altos de Jalisco (México). En 1927 emigra a California. Trabaja en las minas y en el ferrocarril. En 1927 se produce la guerra Cristera en México, Ramírez pide a su hermano que cuide de su mujer y sus hijos. Tras el Crack del 29 le despiden. En 1931 es detenido y enviado a un psiquiátrico. Le diagnostican esquizofrenia. En 1935, comienza a pintar. En 1948, le trasladan a DeWitt. Muere en 1963.
Fuente- ABC

12 comentarios:

  1. Hola Grandolina.
    Parece maquiavélico que alguien le recluyan por loco y deje una obra de esta envergadura. Me encantará a ir a verlo. Su historia personal promete tanto como su obra.
    Gracias por post. El reina Sofia me pilla muy bien.
    Cuando oigo casos asíme acuerdo de este dicho: "Ni son todos los que estan, ni están todo los que son "
    Besos

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  2. Ay que lastima que tantas veces no se reconozca el talento a tiempo de hacer feliz al artista, y que despues de haber llevado una existencia tan terrible llegue el momento que hubiera sido tan dulce vivir.

    Buenas noches, madame

    Bisous

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  3. Anónimo4/06/2010

    Hola Grandolina!! Por qué será que tantos artistas han sufrido en su vida situaciones dramáticas como la de este pintor y logren desarrollar obras de este nivel. Es notable el detalle de las rayas que comentas como algo recurrente en él. No cabe duda de que sus pinturas tienen ese grado de sofisticación. Su llegada al Museo Reina Sofía es algo merecido.
    Feliz semana amiga!!
    Besossssss

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  4. Katy,
    ya ves que ahora cuestionan el diagnóstico de esquizofrénico.
    La pena es que muchas de sus obras se perdieron, a pesar de que él las escondia debajo del colchón.
    Que suerte poder ir a visitar la exposición, son las ventanjas de vivir en la capital del reino.
    Ya nos contarás tu impresión.

    Un beso.

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  5. La verdad es que tenía un estilo único, no había oído hablar nunca de él, pero me ha parecido muy interesante.

    Un beso :)

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  6. La Dame Masquée
    Sí que es una lástima que no le reconocieran su talento en vida, a pesar que alguna exposición sí que le preparó el Dr. Tamo.
    Ahora se pelean por los derechos de autor como locos, triste, verdad?

    Muchas gracias por su comentario.

    Un beso.

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  7. Hola Gabi!!

    ¿Quizá la misma situación les hace creativos, o más bien su arte sobrepasa las barreras de las circunstancias? A mi me encanta el purismo de su estilo, sin contaminación de estilos ni tendencias, y una obra totalmente libre sin intereses.

    Muchas gracias por comentario.

    Un beso.

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  8. Hola Noelia!

    Yo lo descubrí por noticia que ha salido a raíz de su exposición en el Museo Reina Sofía, a partir de ahí me he ido interesando por su obra y su vida.

    Sin duda un estilo único, lo que daría por tener alguna de sus obra, pero me temo que no me lo puedo permitir, se cotizan ya con 6 cifras :(.

    Un beso.

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  9. Hola Tatiana!

    Muchas gracias por tus palabras hacia mi blog y por tu invitación a tu directorio de blogs y webs. Pero dime, no es público?

    Voy a intentar dejar mi dirección de correo por si quieres ponerte en contacto conmigo.

    Un beso.

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  10. Hola David T!

    Muchas gracias por la invitación a tu directorio de blogs.

    Ya me paso por allí a informarme.

    Un beso

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  11. Parece un estigma que la mayoría de los artistas tengan finales tristes, que no se les valore en su tiempo real. Este Martín Ramírez, era realmente muy bueno. Ciertamente insistentes las líneas en sus dibujos, pero sí, una un lenguaje totalmente diferente.

    Final, la incomprensión que recibe la mayoría por excepcionales.

    Ah las normas!, pero bueno, así es.

    Un abrazo, Grandolina; bonita entrada, como siempre son las tuyas.

    Andri

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  12. Si bien es cierto, al artísta se le reconoce por su obra, pero en el caso de Martín Ramírez hay una particularidad en su arte, una particularidad que se encuentra enmarcada en su historia personal, en sus raices, en su cultura.

    Martín Ramírez un hombre de campo, un hombre que viajó a Estados Unidos para poder brindarle algo mejor a su familia se encontró en una encrucijada dificil, la guerra cristera que se sucitó en su tierra, la situación económica en Estados Unidos, el desconocimiento del idioma, el hambre y la desconcertación en un país que no era el de él lo llevaron a refugiarse en si mismo y deambular por las calles de ese pais extraño para él.

    En su obra podemos apreciar parte de su cultura, parte de sus creencias y sus raices, el era un hombre que le gustava andar a cabaño, un hombre campirano que por estas tierras que le vieron nacer el hombre traía pistola, es por ello que en muchos de sus cuadros podemos apreciar hombre a caballo y con una pistola en la cintura, su religiosidad era es muy aparente en su arte, a el lo movía una devoción inmensa y profunda a la virgen bajo la advocación de l inmaculada concepción.

    De recíén que llegó a estados unidos trabajó en los ferrocarriles, y cerca del hospital DeWitt pasaba un trén que hacía sonar y vibrar la tierra.

    Todas estas y otras más experiencias son las que le dieron material para sus obras.

    Quiero agradecer el interés que guardan todos ustedes por el arte de Martín Ramírez, un artísta desgraciadamente desconocido en su tierra y que gracias a personas como ustedes se le ha conocido como es.

    Quiero felicitar al responsable del blog por este espacio dedicado a Martín Ramírez.

    Atentamente: atanacio ramírez, (sobrino nieto de Martín Ramírez)

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